«Silencio…
No puedo oír tus latidos
ni tus lágrimas.
Silencio…
Ese es el muro que construimos
ahora entre nosotros.

Después de todos
tus besos y caricias…
Después de la pasión
bajo la pálida Luna…
Más allá del reino del deseo
que juntos  conquistamos,
con los delirios de nuestras
almas cual Amos del Destino.

Luchando contra el prejuicio…
Batallando contra la razón…
Retando a la fortuna…
Ya no hay más silencio
entre nosotros.

¿A dónde fueron a parar esos votos?
¿Qué le pasó a todas tus promesas eternas?
Recuérdamelo… – porque ya me olvidé de todas ellas –.
¿En qué momento nuestro juguete favorito
se rompió y fue devorado por el Tiempo,
como una flor marchita y sin pétalos
después de la fiera sequía?.

¿Sigue tu piel tan fría cuando la toco?
¿O soy yo quien no puede darle calor
a tu alma como fuera ayer?
¿Es éste silencio la única canción
que las Musas pueden tocar para nosotros?
¿O es acaso el ruido molesto
que rasga nuestras  almas y corazones?

Nada ya es importante
cuando el alba asoma una vez más.
Después de todo,
me guardé un último beso tuyo…
como sello de un amor que fue…
de un amor que nunca será.

Porque el silencio es
el mejor compañero del adiós.

Y escucho… – allá  a  lo lejos –
el sonido de las sábanas  moverse…
el ruido de tus pies alejándose…
Y deseo – por lo menos una vez –
tener un corazón…

Para aprender a sentir como los humanos
y no como hacemos los ángeles caídos.»

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 04/mrz./2016



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