«No lo llames ahora mujer. 
No digas su nombre
ni gastes tinta en papel.
De más están los suspiros ahogados 
y los surcos en tus mejillas.
Rastros de lágrimas 
que no tendrán consuelo.
No lo pienses más mujer.
No regresará.
Remienda el corazón 
y ésta vez mira bien 
que sea otro humano quien lo reciba.
No me odies mujer.
No es culpa mía.
Él se hizo mortal desde que me dejó 
por buscar eso que los humanos llaman amor 
cada vez que me ven.
Respira hondo mujer.
Recupera las fuerzas.
Que su último deseo fue verte feliz.
Deja de llorar mujer,
que cuando él te ve triste, 
menguo en penas, 
y hasta dejo de brillar,
porque mi hijo, aún no te olvida.» 

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 05/dic./2016





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