«Brillaba ella en el salón. Escogió vestirse de noche, y su sonrisa menguante inspiraba a los trovadores a suspirar, como si de la Luna ella se tratase. Portaba en silencio un nombre, de cuyos besos el vino le recordaba sobre sus labios. Lo portaba en silencio, entre el corazón y el alma. Era una carga muy pesada. Los ritmos de al lado se oyen muy lejanos. Las danzantes de diluyen en horizontes que la vista desecha. Solo queda ella, un vino, una boca y ese nombre. Y entre el bullicio se escapa un triste y agonizante  “te extraño…” mientras sus ojos se zambullen entre la nada.»

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 12/feb./2017



Comentarios

Entradas populares