«No es tu culpa. No es mi culpa. Ambos somos culpables. Cargaremos la penitencia eterna de haber jugado como niños irresponsables con el fuego de nuestro corazones. A veces usando besos fríos en vano intento de avivar la llama. Otrora dejando que el orgullo nos dominara por completo. No me digas ahora “Te amo”. Sepulta esas palabras en esa esquina, bajo la banca rota que nadie usa en ese parque perdido de mapas y olvidado por la ciudad… allí, donde nos conocimos. Guarda tu amor en una caja. ponle una bella cinta de regalo, y al igual que yo, no te olvides de pegarle la advertencia de rigor: “Juego prohibido para inmaduros sentimentales”, y que cuando nos asalte la pregunta en medio de la soledad: “¿Pudo haber resultado?”, mira esa caja… pregúntate querida, qué tan lista estás. Porque cuando lo estés, verás que la caja estaba destinada sólo para ti.
Pero si alguna vez… por esas cosas de la Providencia, lo logras antes que yo, te pido en nombre de lo que intentó ser, me lo hagas saber y me digas el secreto; porque aún, cada noche, veo la maldita caja en mi sótano, y el miedo me embarga, y la dejo empolvarse un día más.»

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 04/feb./2017



Comentarios

Entradas populares