«La respiración caliente se agita.
El pulso inquietante se acelera,
por instinto y acto reflejo,
invitando al ágape sobre la piel.

El canto silente de sirena 
decora el encuentro sibilino,
guiando al Caído por el atajo prohibido 
en el mapa de Circe.

Se inicia así el rito sin tregua ni cuartel.
Guía la pasión el camino desinhibido
a la daga disfrazada de lengua,
para que la saliva venenosa actúe impía.

Banquete de sensaciones 
que empieza con el brindis 
de un beso macerado,
y continúa el festín 
clavando las fauces sobre el frágil cuello, 
endulzado de gemidos.

Y el convite clandestino 
entre el ángel y el demonio 
empieza.»

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 21/abr./2017



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