«Nuestros criminales miedos disparan balas de dudas y prejuicios, perforando nuestras almas, dando letal herida al amor que construimos, para dejar a las otrora cálidas caricias que con pasión nos dimos, marchitarse ahora entre la distancia y el olvido, cayendo como hojas secas de este doloroso otoño, a la espera de ser pisadas por los pasos de la indiferencia y del tiempo.

Capitulan nuestros corazones rotos y heridos. Los cuerpos inertes de los argumentos y los reclamos mutuos yacen esparcidos en éste campo de batalla, como testigos finales de éste conflicto por los dioses ya previsto. Tragedia ineludible entre el ángel que deseaba conocer lo que era el amor, y el demonio que empezó a amar…, y viceversa. Solo me queda, con el dolor inquilino en los huesos, y antes de enterrar mis mudos suspiros, ofrecerte lo único que me queda: tres lágrimas, dos miradas perdidas, cuatro silencios… un adiós partido por la mitad, y un último beso.».

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 29/mayo/2017



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