«Desde hoy, escogí ser ciego ante ti.
Opté por no ver más
el reflejo de las estrellas en tu mirar.
Le prohibí a mis pupilas seguir
los amaneceres nacientes de tus sonrisas,
y deleitarse de tu sombra al mediodía.

Desde hoy, escogí ser sordo ante ti.
Renuncié a escuchar
los ecos de tus pasos apurados hacia mí.
Privé a mi lujuria
alimentarse de tus susurros y gemidos.
Mi nombre, en tus labios, está proscrito.

Desde hoy, escogí ser mudo ante ti.
He cosido mi voz para no llamarte,
sea por descuido o por deseo latente.
Con crueldad y malicia he frenado la lengua.
Vedados estarán el dulce sabor de tu piel
y el embriagante deleite de tu boca.

Desde hoy, escogí ser yo otra vez.
Ese ser, que aún no te amaba.
El demonio que sin corazón vagaba.
Aquél que distante, no te podía causar daño.
Retornaré a ser yo:
Ángel Caído sin nada que ofrecer,
excepto pesares y pecados.

Desde hoy, te he guardado en la memoria:
mi último recurso,
antes de pagar penitencia
y andar por el vía crucis de vivir sin ti.
Sentenciado estoy por romper la regla divina.  
Recibo migajas de piedad a través de la lluvia,
que misericorde,
cubre cómplice las lágrimas silentes
que brotan de mi enrevesada alma.»

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 16/mayo/2017




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