«Sonrojada caminas, iluminando con pícara sonrisa el brillo destellante de los luceros en tus ojos bailarines, driblando a los mortales que; inquisidores; se extrañan por la ausencia de anteriores melancolías en ti. Preguntaran curiosos, por los soles que te enfocan y las lunas que exhalas. “Fiebre” será tu respuesta, mientras el viento te recuerda la voz del Caído, el reloj la hora de tu encuentro prohibido, y el rubor de tu piel expresa la evocación de las caricias sentidas, haciéndote estremecer, con escalofríos (que alertaría a los más prestigiosos galenos), por el anhelo de las sensaciones que vendrán. No entenderán que jamás vendiste tu alma, porque no saben el significado de entregarla por voluntad.»

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 01º/mayo/2017



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