«Fuente sempiterna de inspiración,
generas tormentas que arrasan
el pequeño universo de ésta habitación,
y con besos de vino añejo
envenenas con pasión
al alma ennegrecida
que guía los versos de este ángel caído.

Son tus ardientes labios, hija de Eva,
la droga que abre las puertas doradas
de aquél paraíso oculto a comunes expulsados,
y de ese coqueto jardín secreto que posees
nace la gula y la lujuria que aniquila mi cordura
por probar fuera del tiempo tu fruto prohibido.

Derrotada cae mi ausencia de fe
cuando tu silueta desnuda alimenta mis ojos.
Tu presencia es el verbo
que encarna el obsequio divino
a mi existencia mundana.
Ríe con altivez y orgullo, mi musa y princesa.
Haz marcado la esencia de mi insania.»

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 13/jul./2017



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