«Se exhala aquél nombre
en cada bocanada calcinante.
Tóxico es el aire
al contacto del silente suspiro
que brota de labios ahora cuarteados por sal,
mientras el alma vuelve a tejer,
con aún dolorosa paciencia,
los hilos que unirán a los fragmentos
de un mutilado corazón
que resurge terco y valiente
de entre infernales cenizas.

Se musita la plegaria al ritmo
de pesadas lágrimas secas.
Invocación con fe ciega se proclama
para dar bienvenida al Olvido divino.
Penitencia necesaria por un querer
que al volverse promesa de eterno intento,
negó su naturaleza primigenia de pasión.
Se difuminan cansinos
los besos con sabor a nada,
para terminar como heraldos humeantes
que despiden al amor
que reinó antes de su muerte.»

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 10/jul./2017 



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