«Cómplice es la soledad que te rodea.
Refugio sacro al juicio mortal que acusa,
con su fiera ceguera y vehemencia,
aquello que escapa al limitado entender.

Desnudas el alma de pesadas corazas,
forzadas sonrisas e hipocresías sangrantes.
Voluntad que entregas invidente a través
de pecado y perversión que te libera.

Tras puerta cerrada se rompe la careta
de insulsa y bien portada conducta.
Paraíso prohibido donde expande las alas
el espíritu anhelante de vetados placeres.

El pulso se acelera. La ansiedad crece.
Se derrite el halo angelical que portabas,
mientras esperas saciar la gula y la lujuria
que tormentosa y enardecida tu piel reclama.»

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 04/ago./2017



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