«El viento de la tarde cosechó        /  de mi memoria, 
de entre los casi yermos campos 
los ecos de melodiosas sonrisas
que otrora me obsequiaste.

Con cuidado las coloqué en la taza,
y con agua de vespertina lluvia,
preparé el brebaje de tu recuerdo…
Ése, que aún endulzo           /  de tus besos.
con una y media cucharada 

Regresa cálidamente tu nombre  
a mi corazón en cada sorbo,
provocando en mi boca el desvarío
que me procuraban tus labios escarchados
de ilusiones carmesí.

Acompañarán las volutas de humo
al inevitable trago amargo
que todavía me procura la reminiscencia de tu adiós…  
Ése, que ennegrece aún más mi alma,     /  en éste frío café.»
como los agonizantes restos que yacen 

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 21/ago./2017



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