«Embriagadoras melodías
se deslizan desde tus labios,
mientras el amante lascivo
escribe con esmero y malicia
las notas prohibidas de pasión
sobre la partitura de tu piel.

Se formará tu armoniosa escala
con férvida  lengua en la nuca,
y alcanzarás las tonalidades
que pasearán por tu columna,
matizando con tremores,
se habrán de sintonizar con cálidos vahos
los puntos que formarán tus bemoles.

Entrégate al ritmo desbocado,
y deja a las caderas marcar el tempo,
para que tu gemido sea la cantata
a la que aspiren todos los instrumentos,
pues no hay mejor sinfonía en la creación
que la cadencia divina del orgasmo sincero.»

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 05/sept./2017



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