«Olvidaste, querida, por un leve instante,
al entrar la pena en tu corazón menguante,
que más allá de toda lágrima sangrante,
tu fuerza es más férrea que el diamante.

Píntate la cara con la sangre del enemigo,
y vuélvelo, de tu resurgir, un mendigo.
Recuerda que no necesitas a nadie contigo,
pues tu éxito será para quien envidia, el mejor castigo.

Así que deja a tu alma arder como mil soles,
y que te rindan pleitesía todos los girasoles.
Alza vuelo como el fénix desde las cenizas,
haciendo de tus dolores, fantásticas sonrisas.»

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 12/sept./2017



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