«Agrietamos con actos de placentera rebeldía las murallas de prejuicios que sea por temor, o por vulgar envidia, el mundo mortal erige. Poco debería importarles que mi vetusta boca, cual criatura vampira, aplaque su sed y lujuria en tus labios lozanos de alegrías pueriles, pintados con el rocío que emerge cada mañana y las hadas… atentas al detalle, como fieles escribanas, entre las líneas de las sábanas, redactan celestinas los encuentros prohibidos que el vulgo cruel juzga. 
Se da cita tu maliciosa mocedad  de sensual caperuza y mi pervertida experiencia de lupino… ¡Ciegos apasionados! Pactamos el retar juntos a todo sino y hado, con total descaro. Sólo el corazón cobarde, al guarismo se siente atado, cuando le niega al espíritu el deleite se sentirse enamorado.»

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 10/oct./2017

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