«Entre ligeras brumas de tórrido sueño,
los tiernos besos vestidos de tu adiós
llegaron mecidos por servicial Eolo,
que haciendo el oficio original de Hermes,
me recordó con oníricos susurros mensajeros
el recuerdo de tu amor trismegisto.

Y navegaron por los surcos de mi rostro
tus caricias mimosas, como pétalos rosáceos…
Esos, que en primavera, reían al son de tus pasos,
hasta que el Sol, incapaz de brillar más fuerte
que el mirar de tus ojos color del tiempo,
anunciaba su retiro, derrotado, tras el rojizo ocaso.

Y el terco ritmo aumenta… se detiene… y se ahoga.
Los pálpitos salvajes gritan con gutural desesperanza.
El aroma de las madres selvas de tu cabello
se expande por las ruinas sabatinas en mi pecho.
Caronte exige su pago, y Thanatos me muestra prisa.
Gracia divina que sean tus cantos de princesa sirena
los naos que me llevarán por la grisácea Estigia,
mientras las Moiras, cortan tranquilas, el hilo del último hálito.»

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 10/oct./2017



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