«Me pesan a veces los mediodías,
y me enceguezco con los ocasos.
No hay agendas. Sólo el momento exacto.
He despertado aterrado de muchas pesadillas,
y aún sigo soñando…

Todavía me quedo silente, en medio del barullo…
Aún anhelo, tontamente, oír tu arrullo,
o quizás un simple murmullo
que dé lógica a mi demencia,
y vista con camisa de fuerza a mi razón…

Creo, todavía, tener un corazón.
Tal vez sigo soñando,
después de haber ardido entre las piras
y llenar los ceniceros del bar con mis cenizas,
mientras busco entre las brisas
los pétalos liliáceos donde guardé aquél nombre,
como último vestigio de lo que siento,
si es que no me lo quitó el cálido viento.»

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 16/ene./2018



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