«Retorna cómplice el testigo silente
la estampa del prohibido fruto
que a solas tu caricia devora
por el cenit ardiente de ágape impío
suscitado en momento clandestino,
mientras el nombre del proscrito
gotea desde la comisura de tus labios,
mutando cada grafía en sonoro gemido
resultante del digitar pervertido
que en su honor has ofrendado ciega,
y en su esclava, tu alma se ha convertido. »

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 15/ene./2018



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