«Te volviste chocolate… sin que lo supieras.  Te tuve entre mis manos y recorrí tu cubierta con esa mezcla insana de lujuria y ternura, mientras se humedecía mi boca. Mis dedos jugaban contigo. Mis ojos entreabiertos descifraban los ingredientes de tu ser, escudriñando la alquimia que te compone, volviéndote tan deseada… hasta que los pecados me ganan, y desvisto tu envoltura lentamente, exponiendo parte de ti… y dar el mordisco inicial… derretir tu sabor con mi lengua en la boca y deslizarlo en el paladar, dejando que la cálida saliva ejecute la misión asignada de expandirte por todas las papilas, y que en cada respiro, tu aroma se impregne en mi gusto y en mi olfato. Y prosigo… con ojos cerrados (¿serán los tuyos? ¿serán los míos? ¿acaso de ambos?), con sonrisa maligna… haciendo que el tiempo se ralentice…  que el aire alrededor sólo susurre tu nombre… que la memoria me evoque tu gemir… Bocado tras bocado,  he llegado al fin. Pero los labios me piden más… y lamo tu platinada vestidura, escudriñando en cada pliegue los residuos de alocada fantasía. Te volviste chocolate… sin que lo supieras.  Doblé con cuidado y simetría la industrial túnica y la guardé en mi bolsillo… totalmente complacido. Te volviste chocolate… y te hice el amor… sin que lo supieras. »

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 14/mrz./2018



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