«Hoy caminaba, saliendo del trabajo. Me sentía extraño. Raro. Algo no estaba bien… definitivamente, no lo estaba. Me detuve en plena acera y revisé mis bolsillos, la billetera, el maletín. Todo en su lugar. Y sin embargo… algo faltaba. No me preguntes por qué. Solo me quedé en la acera estático unos segundos, de ésos en que la mente te traiciona y sientes que fueron eternidades. La razón no me daba respuesta. La lógica se rindió. Había repasado todo mi ritual cada vez que salgo y no había una maldita cosa que podría faltar. Miré mi mano entreabierta, y vacía. Y por fin me di cuenta, que no estaba tu mano en la mía. No estaba tu cabeza en mi hombro. Simplemente, no te tenía. Sonreí. Extrañarte, me hizo bien: supe que eras tú, con quien mis pasos, quería compartir. Luego de percatarme de mi reverenda estupidez y que tu nombre corría por mis venas, acomodé los audífonos en los oídos. Escogí la canción que me recuerda a ti, y seguí, en solitario camino.»

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 13/abr./2018



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