«Invocas al demonio guardado,
que con cautela había escondido.
Me bastó tu labio mordido
y la lujuria en tu mirada,
para volverme bestia liberada.
¿Qué pretendes, Venus encarnada?
¿Las repercusiones no has medido
de mi insana malicia mordaz?
Verás que mi perversión es voraz,
y tu garganta quedará vaciada
de toda súplica y clemencia,
porque cada gemido tuyo proferido
alimentará con ferocidad mi demencia.
Ya no quedará ápice de decencia.
Clamarán los dioses recibir el olvido
luego de presenciar tanto acto procaz
en todos los pecados cometidos
que haré al poseerte, en cada ámbito prohibido.»

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 05/abr./2018



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