«Tus labios lazarillos van a los míos guiando, y me alejan del ruido blanco de este laberinto de concreto que crece desmedido y sin patrón, cuando no te hayas a mi lado. Por las esquinas de tu boca me vas llevando hacia el mítico destino que a los dioses les fuera negado, mientras los soles de tus ojos a mi piel ya están bronceando. Nuestros surcos labiales mutuamente se van complementando, encajando en simetría las suturas y cicatrices que, en nombre del amor, hacia anteriores seres nuestros corazones en vano ofrendamos. La saliva se vuelve droga y veneno, para mezclarse en la sangre y tornarse eco de los latidos… y el rito se va completando, pues empecé a olvidarme de las culpas de antiguos pecados, y tu nombre se volvió el altar donde mi ilusión y mi sueño pagan tributo ciegamente, por uno más de tus ósculos, que apaciguan las tormentas de mi espíritu endemoniado.»

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 30/jul./2018



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