«Le hurtaba al calendario un olvidado sábado, y la esperaba antes de la llegada de un ocaso,  quizás en algún otoño, o al finalizar un verano acaso.  Le bastaba caminar al lado de la doncella de entre divinos girasoles nacida, fémina alada que encarnaba su personal fruta prohibida. Aquella a quien escribía con luz oculta de estrellas al mediodía, con tinta invisible de los argentos rayos de luna, con versos silenciosos, que desvestían su oscuro traje de espinas. Puercoespín irreverente y osado. Perverso ángel caído que carga pecados del pasado. Atormentado vampiro, tras canciones escondido. Cegador de paradigmas, por los hombres odiado. Un cactus, que oculta bajo las púas, un corazón enamorado  ¡Habrase visto tamaña irreverencia! De seguro los Cielos, le tienen asegurada penitencia por contravenir su inapelable sentencia… Pero nunca podrán arrancarle sus sueños clandestinos: esos, en los cuales sus impíos labios no la mancillan y ambos latidos se vuelven uno, a pesar de la imposición de tan disímiles destinos.»

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú  • 23/sep./2018 



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