«Cierro la puerta, con altas ventanas abiertas,
porque aún mis pulmones requieren aire
para exhalar entre pausas todo rastro de ti,
mientras poso en mi ataúd, unas magnolias muertas.

Cerrada está, con un forro hecho de espinas.
Desollé tres mil cactus, como cruel advertencia:
para que sólo uno quede como solitario ejemplo
de no buscar fuera del desierto, felices destinos.

Permito a los segundos que jueguen voraces,
cumpliendo función de furibundas termitas…
Que carcoman todo recuerdo y toda memoria,
rayendo en éste demonio, todo vestigio de sentir.

Sin corona, sin marcha y sin algún alquilado plañir,
habrá de podrirse en sencilla austeridad un corazón…
Uno blasfemo y portador de pecados carentes de perdón,
que tuvo tamaña osadía, de querer paladear tu amor.

¡Disfruten gusanos…! ¡Que hoy, tenemos ágape y festín!
Hoy toda ilusión ha muerto… Hoy, me libro de todo latir.»

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú  • 26/dic./2018



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