«La soledad me sabe hoy a mirada.
A iris opacado por el paso del viento…,
y del tiempo.
A brillo raído por amorosos sacrificios.
A desdén de peatón sobre hojas crujientes,
sin relojes que marquen otoños.

La soledad me sabe hoy a sonrisa.
Ahora ajada por caricias vacías donde alguna vez
fue tierra prometida.
Ora partida por la sal de otrora luceros
que deshojan magros recuerdos.
A huellas de serpiente oronda en el desierto.

La soledad me sabe hoy a un nombre.
Inquilino precario de mi último sueño.
A fantasía inefable, para un corazón pétreo.
A eterno hollín de estúpido sentimiento,
que conquistó la garganta de un ángel caído,
huérfano de un hogareño infierno.»

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú  • 15/ene./2019



Comentarios

Entradas populares