«Su recuerdo me besó con la fría brisa nocturna del moribundo estío, y los dedos entrelazaron a la nada, para que su ausencia cale con profundidad las falanges, y empiece a irradiarse por todos los decadentes huesos, mientras las notas de la canción van avanzando en su nostálgica procesión, marcando las paredes de mi laberinto, resucitando lo que debía haber permanecido por decisión propia, completamente muerto.  

Subí el volumen para opacar los ecos de su voz recitando mi nombre, y tras el vaho se escapó un rebelde anhelo… y blasfemé, mirando a una estrella que nacía en mi horizonte, fallecida antes de que naciera cualquier hombre…, porque entre el gélido hálito de la noche, sentí su caricia en mi faz, embriagándome del sabor de aquellos labios que expelen tanta vida, y de los cuales jamás un Caído podrá ser dueño.»

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú  • 28/mrz./2019



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