Dame un motivo para llamarte y con ello hacer capitular mi endemoniando ego. Olvidarme de la promesa que sobre la última lágrima que atestiguó mi mejilla hice en algún pretérito –tan lejano que el propio Tiempo lo hubo olvidado–, de no tropezar con la misma piedra que implica enamorarse; aunque en ese tema, todos al final pecamos de usar fórmulas que nos delatan en ser completamente legos. No te pido un discurso, ni mentiras piadosas. Sólo quiero un motivo sincero que salga de tus entrañas y revele tu lado más humano y dejes el papel de encarnada diosa. No pido mucho; o al menos es lo que creo; pues sin que lo sepas, mis latidos en tus labios empezaron a cuestionar mi solitario credo. Dame quizás una brisa que pueda borrar por un instante la racional lista que entre muros de humo y trasnochado café redacté los últimos días para no esperar tu sonrisa tras cada esquina. Dame una luna y que muera de risa cada vez que escriba alguna poesía que en tu boca posea colorida rima. O quizás un otoño, para ver como mueren junto con las hojas, los ilusos sueños que he tenido de dormirte entre mis brazos y desconocer que existe afuera un mundo entero. Dame un motivo para olvidar mi natura, llena de espinas y amargura, que se nulifican mágicamente cuando prueban de tu locura. Uno solo. No pido mucho. Tengo el corazón paseando en el filo del limbo y de ti me basta sólo un motivo para saber que aún puedo alcanzar el Paraíso bajo tu nombre, o terminar arrojado al fondo del oscuro abismo, cargando otro signo escarlata en el pecho como lo que soy: un anónimo ángel caído.

         — Øᴅᴀʂ ᴀ Ɱɪɴᴇʀṿᴀ —
— Đᴇsᴠᴀʀɪᴏʂ ᴅᴇ ᴜɴ Ḁɴɢᴇʟ Ͼᴀɪᴅᴏ —

© Ͼʜʀɪʂᴛᴏᴘʜᴇʀ Ɖʀᴀᴋᴇ |Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ|
Lima/Perú • 29/sept./2019



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