«Venerable sea aquél corazón
que en el aroma de su cabello
se ha perdido.
Bendito eterno sea aquél
que del brillo vivaz de su mirar
con pausa ha bebido.
Santificado sea aquél nombre
que entre francas sonrisas
acelera su latido.
¡Díganle cuánto se haya bendecido!
Misericorde es la Providencia
de permitirle a un anónimo Caído,
desde una indiferente sombra,
compartir en silencio su camino,
aunque no se permita nunca
sea parte de su destino.
[Ella, no sabe que existo]»

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 30/nov./2019



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