«En tu nombre fundaré los paradigmas de un nuevo credo, y mi palpitar te seguirá llegando puntual cual devoto diezmo. Sobre tu paraíso proyectaré mis anhelos y desnudo de orgullos inventaré salmos donde clamaré a ciegas tu regencia sobre mis suspiros y versos. Ante tus soles, inútil resultará toda excusa para no adorarte, y notarás en mis ojos que sólo deseo detener el tiempo para no dejar de amarte. Hincado, te entregué el corazón en sacrificio, para que no olvides que eres tú el motivo de mi fervor ciego, y todavía mi acero mantiene la promesa de asesinar a toda divinidad previa, para que sea tuya y sólo tuya la infinidad de los cielos… pero he de confesar que en pecado me encuentro, y aun así he espetado con desprecio todo atisbo de arrepentimiento: soy culpable de todo este sentimiento y de tenerlo encarcelado con llave de mil lunas en tortuoso y cruel silencio ¿Podría acaso mi encarnada diosa escarlata bendecir a un desvariado Caído? Quizás mi pedido es blasfemo, a pesar que cada noche te dedique un rosario de sueños…, a pesar que mi boca busca a la tuya a través de enmascarados rezos que se lleva el viento… Quizá no lo sepas, pero me bastan dos palabras tuyas, para sanar mis cotidianos infiernos.»

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 4/jun./2021



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