[ 60–D / Réquiem for B. J. ]


Aún mis tardes de domingo no se acostumbran a respirar sin tu voz. Todavía pienso que sonará el teléfono y serás tú, alborotada e hirviendo en impulsos, para contarme algo que despertó tu lado de asesina serial, o simplemente para hacerme la consulta ligera y casi impertinente por el significado de una palabra. Te repetí tantas veces que no era tu diccionario ambulante y sin embargo hoy mataría por responderte todas las consultas que te diera la gana hacer; o quizás… Quizá te topaste con una de esas películas de las que luego pasaríamos horas comentando y comparando con otras, hasta darnos cuenta que nos reclamaban la presencia y debíamos cortar la llamada.  O quizás…, peor aún, ya estarías trayendo bajo el brazo el nombre de alguna dama con quien enlazarme, para que terminemos discutiendo por enésima vez de porqué soy un ente negado para esos temas. Lo irónico es que nunca quisiste ver en soledad a los que amabas, pero no te diste cuenta que es tu ausencia la soledad que más nos duele; o quizás… quizá será que he gastado los audífonos replicando tu último mensaje, para que el olvido no ose llevarse tu risa… quizá será que ya mi vista se acostumbró al dolor cada vez que reviso tus versos… quizá me desacostumbré a la rutina previa de conocerte, y ahora que ya no estás, se generó un sabor de vacío en el presente; o quizá… quizás estás caminando por campos dorados, distraída, díscola, libre, imaginando versos a través de todo el paraíso que te rodea y por eso ya no llamas, absorta y ensimismada en crear nuevos poemas; o quizás… quizás sea que los domingos se volvieron sosos y contienen la respiración tratando de negar tu partida, junto a un teléfono mudo, que todavía espera, algún día, volver a reproducir tu voz.

Ͼʜʀɪʂᴛᴏᴘʜᴇʀ Ɖʀᴀᴋᴇ / Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 11/jul./2021






Comentarios

Entradas populares