«Empezó, sin darme cuenta,
como actividad imperceptible,
destinándole denegada atención
que la cotidianidad exige.

Y ante displicente desidia 
la infección se tornó virulenta,
expendiéndose silente entre mis horas,
hasta volverse crónica…, endémica.

Nocivo exceso de confianza
permitió degeneración de vigilancia, 
procurando se pierda mi mirada,
en ilusiones y entelequias deletéreas.

Ahora mi latido lleva su nombre
y mis insomnios su boca regenta, 
logrando que en febriles utopías me pierda.
¿Existe mágico antídoto o docta medicina?

Que padezco ya toda sintomatología,
haciendo predecible en la postrimería
la frase del galeno ante la autopsia debida:
Deceso por amor imposible, y burda poesía”.»

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
Lima/Perú • 08/jul./2021



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