[ Ácratas ]

Cap. 6


— Oye Larn... Marcell no regresa... ¿Qué estará pasando...? — Larn no le responde a Adam.
— Así como lo vimos Adam—kun, lo más probable es que esté con ella conversando...
— Entonces...

Adam es interrumpido por Larn al levantare de su sitio, quien después de mucho tiempo empieza a hablar:

— Entonces: nada, mi querido e idiota amigo. Hiro: si ves a Marcell dile en qué hotel nos hospedamos... Estaré esperando allá.
— ¿Y yo qué hago? — pregunta Adam.
— Acompaña a Hiro, no tengo ganas de aguantar tus payasadas hoy...

Marcell continúa conduciendo por la ciudad aún sin encontrar a Haydee. Visita hospitales y comisarías sin resultado alguno.

En el pub, Jazmín se acerca a la barra mientras Haydee se sienta en una mesa a esperarla. El lugar era pequeño y estaba a unos cuantos minutos del aeropuerto. Había unos cuantos cuadros de grupos de rock antiguos, de los que conocía gracias a Larn, amante de este tipo de música. Jazmín regresa a su lado con un par de copas y una botella de vino. Jazmín toma asiento y empieza a verter el licor en ellas.

— Bueno Haydee. Cuéntame tu problema... — Haydee sonríe gentilmente.
— La verdad... aún estoy sorprendida por tu abordaje Jazmín...
— No sé si darte o no las gracias por esas palabras... Bueno, para que te sientas más en confianza mi nombre es Jazmín O'Hara y soy, como ya te habrás dado cuenta, aeromoza de Royal Air Lines... — y Jazmín señala su gafete que aún tenía encima — Mi nacionalidad es británica, aunque hubo ancestros míos en Irlanda. — Jazmín saca una cajetilla de cigarrillos de su cartera y la abre suavemente y con paciencia —. Y la verdad es que ni yo misma sé por qué estoy aquí contigo... Sólo sé que nació en mí la necesidad de ayudarte. Además... — Jazmín enciende su cigarro y da la primera bocanada —, mi intuición nunca me ha fallado... — una pausa, y sonríe agriamente —, excepto por alguien. — Haydee la observa callada y decide dar un sorbo a su copa. — ¡Pero qué torpeza la mía querida! — exclama Jazmín — No hemos brindado como se debe... y ni siquiera te he ofrecido un cigarrillo...
— No fumo... gracias...
— No fumarás, pero sí bebes... Así que brindemos: — Jazmín levanta su copa — "Por Nosotras... Desconocidas que ahora somos conocidas" — Haydee sonríe ante las palabras pésimamente formalizadas de Jazmín — ¡Salud!
— Salud... — las copas chocan y ambas empiezan a reír.
— Veamos esta situación por su mejor lado... — empieza Jazmín —. Quizás nunca nos volvamos a ver, así que me adjudico el derecho de confesarme con alguien, ya que no tengo con quien hacerlo... y espero que tú lo hagas después.
— Trato hecho Jazmín...
— Mira Haydee: soy soltera. No soy fea, y tengo casi todo en esta vida...excepto el amor. Todo por culpa de un cabeza dura del que vivo perdidamente enamorada... pero el miserable ni cuenta se da de mis sentimientos... — Haydee sonríe — No. No te rías. Él es un caso grave. Se lo he dicho tantas veces..., de tantas formas. Lo deseo tanto que nunca he dudado en hacer lo que él me pidiera... y nada. ¿Sabes? Con sólo verlo me siento en las nubes... ¿No te ha pasado alguna vez eso...?
— Muchas veces... Pero quizás él no te ama...
— Así es Haydee... En verdad él no me ama... Ya me lo había dicho...
— Y aun así...
— Sí... A pesar de eso mi corazón no lo olvida. Lo que sí te puedo asegurar es que al final no me importa que me ame: yo soy feliz si él lo es... así sea con otra. ¡Quién fuera tan afortunada!
— Pero Jazmín.... Tú eres tan agradable, extrovertida... Seguro que muchos estarían dichosos de estar contigo.
— Sí... Otro cabeza dura que no entiende que lo veo sólo como un amigo...
— ¿Y te ha dicho que te ama?
— Sí... Muchas veces... En verdad, cada vez que me ve...
— Pues me parece que lo estás haciendo sufrir lo mismo que sufres tú.
— Es que yo no quiero estar con otros, Haydee...
— Es cierto... Te entiendo... Yo tampoco podría olvidarlo... digo, olvidar a alguien de quien sienta tanto...
— Y por mi parte me detengo..., porque ahora te toca a ti.

Haydee bebe un sorbo más y respira hondamente.

— Me presentaré, pues, formalmente. Soy Haydee Taylor, tengo veinticuatro años y estoy cursando estudios de Arqueología en Yale, y aunque soy de Kansas vivo en New York... — Haydee se detiene, mira a Jazmín y prosigue — ¿Tienes familia Jazmín?
— ¿Por qué la pregunta?
— Yo soy huérfana... A mí me recogió un gentilhombre, de cuyo rostro no tengo recuerdos, pero le debo mi educación y mi crianza. Me mantuvo en un internado en el cual conocí muy buenas amigas y siempre teníamos contacto por e—mail. Un día le escribí diciendo que al finalizar el internado postularía a la universidad, pero que antes, saldría a buscarlo para conocer personalmente a mi benefactor... y faltaban tres días tan sólo para eso, pero cuando llegué a New York a buscarle me enteré que un día antes que llegara, mi protector había fallecido...
— Cuánto lo siento... Mi más sentido pésame.
— Gracias. Pero debido a un hecho tan triste, la vida me dio la oportunidad de conocerlo...
— Déjame adivinar... el sujeto por quien estabas llorando.
— Sí. Es el hermano menor de mi "padre", porque así le decía yo a mi finado protector.
— ¿Y qué tal el "tío"? — comenta Jazmín socarronamente, haciendo a ambas sonreír.
— Por lo menos, para mí, muy guapo. Lo que me asombró de conocerlo es que él sabía quién era yo, y mi padre nunca me había hablado de él. Lo conocí en el cementerio...
— ¡Oye! ¡Qué lúgubre es tu romanticismo!
— Déjame continuar Jazmín, por favor... — Jazmín hace el ademán de echar llave a sus labios y Haydee prosiguió —. Fue en el cementerio, porque cuando llegué a la casa de mi padre, un amigo de su casa me contó la mala noticia, y fui al cementerio para dejarle unas flores y llorarlo, porque créeme, aunque no lo conocí personalmente, lo adoraba como si fuera su hija natural.
— ¿Y él tenía hijos?
— Curioso... Pero no.
— Y si no es indiscreción... ¿De qué murió?
— En un incendio producido en uno de sus almacenes. Él era un gran comerciante y su empresa es muy fuerte. En ése mismo negocio está su hermano.
— El baboso que te hace llorar...
— Jazmín...
— Es la verdad... Pero sígueme contando de tu 'affaire necrótico'...
— No digas así... — Jazmín le sonríe mientras enciende un nuevo cigarrillo y pide con un ademán una pausa para beber de su copa:
— Está bien Haydee... Disculpa... Pero sigue contando...
— Estaba delante de la tumba de mi padre cuando alguien se me acercó. A pesar de la situación me quedé prendada de sus ojos. Tiene una mirada especial, porque tiene de tristeza, de calma, y a veces, de una frialdad única.
— Creo conocer ese tipo de miradas... — comenta Jazmín.
— Bueno. Él se me acercó y me saludó cortésmente y en silencio... ¡Vaya que sí recuerdo todo! Me preguntó si yo era la protegida de su hermano, y recién allí me enteré de su existencia. Se presentó conmigo, y desde allí me invitó a vivir con él...
— ¡Oye! ¡Sí que es rápido el tipo ése!
— ¡Espera Jazmín, please! Me invitó porque mi padre se lo había pedido, y debido a que él estaba todo el día fuera y llegaba a la casa de mi padre sólo para dormir, en verdad es como si tuviera una casa sólo para mí. Y aunque no lo veía muy seguido, por su trabajo, me llamaba cada vez más la atención su forma de ser. Él es bien callado respecto a su persona, pero cuando abre la boca todos callan y prestan atención...
— ¡Wow...! Tenemos casi los mismos gustos Haydee... — interrumpe Jazmín sonriendo — ¿Y él que siente por ti?
— No lo sé... Sólo puedo afirmar lo que yo siento... y aunque no sé mucho de su pasado, todo estaba bien... hasta hoy...
— ¿Qué pasó? ¿Lo encontraste con otra?
— No.
— ¿Con otro?
— NOOO...
— ¿Entonces?
— Últimamente se comportaba de manera muy extraña, y hace tres noches sufrimos un atentado...
— ¡Wow...! Pero los empresarios deben estar conscientes de que eso puede suceder en cualquier momento...
— Sí. Pero él se quedó con esos maleantes y me mandó con un amigo, quien me hizo empacar para venir acá...
— ¿Y tu caballero...?
— No sabía nada de él, pero me percaté que conocía al jefe de esa gente... Así que empecé a sospechar que estaba metido en algo turbio...
— Puede ser...
— Y me lo encontré ahora en el aeropuerto, después de noches de insomnio sin saber si estaba vivo o muerto... y el maldito... — Haydee forma ligeras lágrimas en sus ojos — ¡Me da la explicación más ridícula de todas!
— Calma Haydee...
— Es que... ¿Sabes lo que me dijo...? — Jazmín mueve la cabeza designando ignorancia — ¡Qué él no podía morir... y que tenía no sé cuántos miles de años de vida... — Jazmín empezó a ponerse pálida, pero se repuso antes que Haydee lo notara — ...y otras tonterías similares! — Jazmín se quedó completamente callada — Dime si no es un miserable para mentirme así ¿Qué creía? ¿Qué soy una tonta y estúpida a la que le puede mentir tan descaradamente y se lo va a tragar así nada más...?
— Y... Có... ¿Cómo se llama él...?
— Según él... que su verdadero nombre es Ler... Lur... — Jazmín vuelve a palidecer, sólo que esta vez se hace notar.
— ¿Larn?
— Sí... Larn.
— Un nombre único en verdad... — murmuró Jazmín.
— ¿Perdón?
— No... Nada... Mmmm... Haydee ¿Puedes acompañarme a mi departamento? Tengo que dejar mi valija y recoger unas cosas... de paso que seguimos conversando, y luego te llevo a tu hotel...
— Pero yo no sé dónde me hospedaré...
— ¡Ah! Es cierto... Bueno, supongo que tienes el número de teléfono del fulano ése ¿No...?
— Sí...
— Entonces lo llamas y si no lo ubicas, te puedes hospedar esta noche en mi casa.
— Muchas gracias... pero...
— No hay porqués ni peros... Así que...— Jazmín se levanta ya recuperada con su habitual serenidad — ¿Nos vamos?
— Vamos...

[ Continuará ] 

© Ͼʜʀɪʂᴛɪᴀɴ 木下

┤Lima/Perú • 1998├


Comentarios

Entradas populares