[ Ácratas ]

Cap. 3


— Señor, ha llegado este telegrama.
— Gracias. Déjalo en mi oficina, pero antes dime... ¿Sales a cenar esta noche conmigo?
— ¡Hey! Aquí no podemos tratarnos así...
— Le recuerdo señorita que está al frente del presidente de T.R.S. Corp.; y le ordeno como mi secretaria que es, se sirva esperarme en «La Fontaine» a las siete y media... ¿Entendido?
— ¿Tengo otra opción señor presidente?
— No. Así que deme un beso para confirmar el dictamen dado. — Liz besa alegre a Hans mientras él piensa que otra vez se salió con la suya. — Bueno Liz, a las siete y media... cualquier cosa estoy en mi oficina.
— ¡Eh Hans! Uno de tus hombres te ha estado esperando toda la mañana... está dentro de la oficina.
— Gracias fräulein.

Hans entra en su oficina y tras cerrar la puerta su plácido rostro cambia rápidamente a un gesto rudo y adusto.

— Para verte acá tiene que ser muy importante.
Ja, herr Hans. Giorgio y Duncan no fueron los únicos muertos; fallecieron también los hermanos Smith...
Was?! [¿Qué?!].
Ja, y la esposa de herr Duncan, Adelaide, fue a buscar a Solo...
— No continúes, me imagino que fracasó... Ella no está en su nivel.
— ...y Karovski fue hallado muerto ayer en París...
— ¿Iván? ¿Muerto?
— Bueno, no... es lo que dicen los diarios... usted sabe...
— Bien ¿Quién lo hizo?
— Por los datos recogidos, he podido identificar a dos: Adam Savage y Hiro Mikage, pero quien lo venció fue un tercero que no he podido identificar...
— Larn...
Entschuldigen sie? [¿Perdón?].
— Para el nivel alcanzado por Iván ahora último, sólo él podría dañarlo tanto.
— ¿Se refiere acaso... al Dragón?
— No te importa ni debe importarte...— Hans es interrumpido por su secretaria.
Herr Müller... — Liz deja ver su dulce rostro tras la puerta — el correo que debo dejar en su oficina...
Natürlich... [Claro...] Dámelo — Hans empieza a leer y a medida que continuaba, su lectura se volvía más ávida, dejando a su vez signos de preocupación en su rostro mientras Liz se retiraba de la oficina.
— ¿Pasa algo Herr Hans?
— Es un telegrama de Adelaide..., efectivamente se enfrentó a él y perdió... Das ist sehr seltsam... [Esto es muy extraño...]
Was für ein Ding, Herr Hans? [¿Qué tipo de cosas, Sr. Hans?]
— Sigue viva... — un silencio se apodera de la oficina. Hans se acerca a la ventana de su oficina mirando la ciudad. Si el Dragón inicia una nueva guerra... ¿Por qué perdonarle la vida a Iván y a Adelaide? — Eldwin, investiga muy a fondo la muerte de Duncan, de Giorgio y de los gemelos Smith... y quiero ese informe desde ayer. Verstanden? [¿Entendido?].
Ja. — Eldwin se retira y Hans sigue mirando la ciudad desde la ventana.
— ¿Qué pretendes Larn? — murmura Hans — ¿Matar a tu gente y a la mía? No, no eres tan sucio; porque no eres como yo... — el teléfono interrumpe su disertación, Hans lo toma de manera desidiosa. — Wer ist? [¿Quién?].
Mahatma... necesito verlo...
— ¿Pasa algo grave?
— Sí... Todos se están matando. Chang tuvo que matar a Xiao Lee...
— ¿Tuvo qué...? Eso implica que alguien tuvo que iniciar el duelo...
— Chang afirmaba que Xiao agredió a sus protegidos y por ello cobró venganza...
— ¿Seguro que fue Xiao quien empezó todo?
— Sí... las marcas de sus hechizos estaban en todos los cuerpos humanos...
— Y déjame adivinar... los tigres orientales claman por matar dragones ¿No?
— Sí.
— Bueno, no permitas que nadie toque a cualquier dragón o en su defecto que los eviten...
— Pero...
— Es una orden, y quien que me desobedezca se las verá personalmente conmigo. Quédate en tu posición y espera mi llamada Shiva.
— Sí Mahatma.

Hans cuelga preocupado del todo. Tocan a su puerta.

— Adelante. — era Liz, temerosa y preocupada imitando a Hans en ánimos.
— ¿Te pasa algo Hans?
Ja, mein liebe... [Sí amor mío], es hora de afrontar mis culpas...
— Sabes que no fue tu culpa... cumplías con tu deber.
— Si no es mi culpa..., entonces no hubiera causado tanto odio en él. Es que tú no lo conociste antes...
— Vámonos entonces a cualquier lado y dejar esto atrás...
— ¿Qué pasa? ¿Temes perderme acaso?... O temes que muera...
Halt den mund! [¡Calla!]. — Liz se aferra a Hans por detrás de éste y su voz se vuelve queda — No digas eso... otra vez. — Hans sonríe.
— Te propongo entonces que luches a mi lado. — Liz no puede creerlo, pues esperó mucho tiempo para oír tales palabras de Hans.
Du weißt, dass du mein Herr bist, und ich bin dein Sklave... [Sabes que eres mi señor, y yo tu esclava...] al final de cuentas.
— Mentira. Yo compré tu libertad. — y ambos empezaron a sonreír.

***

Era una habitación oscura, iluminada sólo por las luces de la mesa que levemente mostraba a cada uno de los participantes. El que se hallaba en la cabecera inició el diálogo:
— Informe... I—13.
— Todo el procedimiento ha ido completado I—1, en Costa Rica, China y en India...

Todos escuchaban en silencio, atentos.

— ¿Y alguna sospecha levantada?
— Ninguna I—1, pero sus evoluciones se han dado mucho antes de lo esperado.
— ¿Alguna otra novedad?
— Sí I—1... — hizo uso de la palabra uno de los presentes —. Mis fuentes me han informado que se ha suscitado un incidente en París entre Iván Karovski y Adam Savage...
— Ese ruso es un bruto... — interrumpió al que se referían como I—1.
— Sí señor... pero la situación fue más allá de la rencilla entre esos dos...
— Explíquese I—5...
— En esa rencilla también se le vio a Larn Solo junto con su Cofrade...
— ¿El Dragón?
— Así es I—1...
— Interesante...
— Y mis fuentes también me han dicho que había una high entre ellos...

El que se hacía llamar I—1 recostó sus codos en la mesa. Miró a todos los presentes y empezó a sonreír:

— Señores, los antiguos han acertado una vez más... Ya el tiempo se acerca... Ya la purificación se aproxima... La llave que abre la puerta de nuestra victoria se nos ha obsequiado.... ¡Alabado sea el Señor!
— ¡Amén! — respondieron todos al unísono.

[ Continuará ]

© Ͼʜʀɪʂᴛɪᴀɴ 木下

┤Lima/Perú • 1998├

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