«Tengo una pena que (a)traviesa, envenena. Me repta por el esófago y todavía ningún ventrículo ha osado en el descaro de reclamar su autoría. Hace que desee con vehemencia entregarle el pecho desnudo al filo de una estaca o por lo menos, a una canción que de tanto amor quedara enmohecida; cualquiera me bastaría – a fe mía –, para justificar esta sensación fantasmagórica que sin pasado explicativo navega en mi respiro y se aferra a las costillas hurgando por los ecos de un beso concedido. Me rasga con fiereza los pulmones y cosecha silentes cristales salinos cuando alguna pausa cae de un distraído reloj. Crónica dolencia inmune a la inventiva de la ciencia, adicta a desangrarse sin misericordia ni restringirse en medida. Tengo un recuerdo dilecto que siembra suspiros entre mis insomnios, para segar sus sonidos conforme alcancen las orillas de mis labios. Tengo incrustado un nombre propio que alguna vez fuera recitado en todas las lenguas que se pudrieron en las paredes de Babel, para atestiguar en el juicio final cómo aprenden los latidos a conjugar con la pluma el verbo amar, pero cómo las bocas suelen recitar el verbo querer. Tengo la mirada ennegrecida, de quien habiendo vivido en demasía sólo puede aspirar al sosiego que otorga una tumba fría.»

— Ɱᴇᴍᴏʀɪᴀs ᴅᴇ ᴜɴ ᴠᴀᴍᴘɪʀᴏ —
     ┤Ͼʜʀɪʂᴛᴏᴘʜᴇʀ Ɖʀᴀᴋᴇ├

© Lᴀʀɴ Sᴏʟᴏ
┤Lima/Perú • 22/nov./2021├






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