Hoy,
tu nombre resuena en miles de bocas
mientras muy pocos te llamamos en silencio.
Hoy,
tus palabras serán citadas a toda hora,
mientras algunos sólo miramos a los cielos.
Hoy,
muchos se golpearán tres veces el pecho,
entonarán al borde del grito los poemas
(tus poemas),
tratarán de decir que fueron tu sonrisa,
los guardianes de tus preciados secretos,
los notorios y visibles dueños de tu recuerdo,
mientras las margaritas,
sin aspavientos
ni reflectores
ni seguidores,
todavía de ti hacen dulce eco.
Hoy,
las paredes de una casa extrañan tu mirada.
Hoy,
las sábanas de una cama añoran tu calor,
mientras una silla,
vacía,
con furiosa rebeldía,
no acepta tu partida.
Hoy,
aún hay cabellos aguardando
tu maternal caricia.
Hoy,
aún hay tormentas que se calman
al oír tu voz.
Hoy,
aún hay latidos que [re]viven
al ritmo de tus versos.
Hoy,
aún, hoy,
después de todos los ocasos,
de las lunas,
de los años,
de los [d]años,
hoy,
aún, hoy,
sigue estando en esta esquina del mundo:
una taza con café servido,
un cigarrillo encendido,
y el humo azul escribiendo en el aire
un humilde y callado
“te extraño”.
— B / Esᴇ ᴄᴀғᴇ́ ᴏ̨ᴜᴇ ɴᴏs ᴅᴇʙᴇᴍᴏs —
— Đᴇsᴠᴀʀɪ́ᴏʂ ᴅᴇ ᴜɴ Ậɴɢᴇʟ Ͼᴀɪ́ᴅᴏ —
© Ͼʜʀɪʂᴛᴏᴘʜᴇʀ Ɖʀᴀᴋᴇ
┤Lima/Perú • 11/mayo/2025├
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